Los güiros de madera tradicionales están compuestos con un cilindro de madera, en ocasiones hueco, que tiene una superficie con unas muescas regulares. Se toca frotando un palo (llamado a veces púa) por la superficie, lo que se traduce en un sonido de raspeo característico. Los güiros de plástico se construyen de una forma que imita la de sus homólogos de madera.