Los instrumentos musicales tienen un efecto extremadamente positivo en todos los niños y adolescentes. No cabe duda de que tocar un instrumento musical es una práctica saludable desde un punto de vista psicológico (concentración, creatividad, paciencia, sensibilidad por el arte, pensamiento crítico) y desde un punto de vista físico (habilidades motrices, coordinación, ritmo, al grabar, respiración.)